Datología; Política y Gobierno

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“Sin tecnología tanto la política como el Gobierno muestran su deseo de permanecer cometiendo errores”

Es increíble la miopía política y gubernamental ante los nuevos paradigmas tecnológicos.

El mundo se digitaliza a paso agigantados, el internet es ya derecho humano en muchas partes del planeta, la tecnología cada día muestra más contundentemente su efectividad, los datos hoy son la mejor forma de toma de decisiones, las redes sociales concentran a una buena parte de la humanidad, lo más delicado que tiene el sistema capitalista que es el dinero se mueve de forma digital, etc.

Aún con todo esto, la política y el Gobierno mantiene sus métodos tradicionales, la resistencia al cambio ha sido tal que parece haber una convención entre políticos para rechazar la digitalización de los procesos.

El problema es que, en esa decisión de no adoptar de forma total la tecnología, aun cuando sea un decisión inconsciente o ignorante, quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos y las pagan en dos vías, una es la vía económica con sus impuestos desperdiciados y otra es la vía de los resultados que en muchas ocasiones son escasos o nulos.

Lo que la política y el Gobierno no entienden es que el mundo actual exige qué; “si hay que crear se crea, si hay que cambiar se cambia”, no hay opción de quedarse estático hay que repensar los procesos.

En el caso de las campañas políticas usar tecnología no es participar en redes sociales, sino implementar toda una infraestructura tecnológica a fin de medir, y entender al ciudadano, entrar en una gran conversación permanente para saber qué quiere, qué necesita, qué hace su vida mejor. Lo mismo si se usa para ejercer la acción de gobierno.

Es momento de que los Gobiernos de buena parte del mundo asuman su responsabilidad de realizar una verdadera transformación digital en bien de las ciudadanías que requieren resultados tangibles, permanentes e inmediatos.

La política-Gobierno debe desde ya cambiar el chip y crear una cultura basada en datos para no permanecer en el error, no medir hoy los comportamientos y necesidades ciudadanas o los propios resultados gubernamentales es equivocarse y decidir seguir equivocándose, por una simple razón, no hay una mente omnipotente que pueda dirigir de forma objetiva un gobierno efectivo basado sólo en sus percepciones o las de unos cuantos que lo acompañan.

Implementar modelos antiguos de mejora continua pero basados en nuevas tecnologías permitirá a la política y el gobierno cumplir con las tareas compartidas entre gobierno y política que son; servir a las personas; mejorar sus vidas; y generar bienestar real, tangible, comprobable y medible.

Tan sólo hay que imaginar las posibilidades de la comunicación política basada en datos, el marketing político o gubernamental fundamentado en datos duros, mediciones objetivas.

Es momento de establecer métodos, procesos y protocolos para cogobernar de la mano del ciudadano, involucrando otros actores, no sólo las grandes secretarías o ministerios, hay que incluir a las pequeñas instituciones, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas de la iniciativa privada, pero sobre todo a la ciudadanía.

Vivimos tiempos de soberbia política, de encantamiento derivado del poder, en el pasado los gobernantes creían hacer un buen trabajo porque así se los presumían sus asesores, los ciudadanos de todos lados creían que todo estaba bien en todos lados excepto en sus comunidades, al ganar la elección se asumía el triunfo como un fin y no como un inicio.

Hoy un gobernante o político se puede dar cuenta de sus resultados, sin engaños ni mentiras, los ciudadanos se lo dicen directo gracias al internet, hoy los ciudadanos también se pueden dar cuenta que sucede en todos lados y calificar con ello la acción general de un político o gobernante, de tal suerte que seguir creyendo que el gobierno es perfecto, que nunca comete errores, y que sus resultados son siempre positivos, es como dicen en mi pueblo “hacerse pendejos”.

Si cometes hoy un error acéptalo y cámbialo, si aciertas en algo mejóralo, si algo salió medianamente bien ajústalo y vuelve a hacerlo, esto lo vas a saber si mides.

Si basas tu proyecto político o de Gobierno en información, te darás cuenta fácilmente cual es el rumbo, que estás haciendo bien y que estás haciendo mal, que es aprobado por la ciudadanía y que es lo que reprueba. También podrás conocer los recursos que inviertes en un proyecto o programa y saber el resultado en términos de impacto ciudadano y social, puedes medir también la percepción y el sentimiento ciudadano, todo ello y mucho más se logra hoy con la posibilidad real y alcanzable de generar datos para la toma de decisiones, y no me refiero a los datos que el Gobierno o Político se maquillan para hacer sus informes, sino a generar datos reales, big data, analítica… DATOLOGÍA

Es tiempo de poner el foco en el ciudadano, de tomar decisiones basadas en datos y no en percepciones internas subjetivas, de arriesgar nuevas formas de servir a las personas conociendo mejor al ciudadano, es tiempo de involucrar a la ciudadanía en la acción de gobierno.

Un líder que no innova dejará de ser líder en poco tiempo porque la innovación concentra varias características del liderazgo como el valor, la facultad de creer en su gente, de comunicar sus objetivos y metas, de aprovechar sus recursos, de planear, entre otras. La tecnología ha cambiado radicalmente los comportamientos de las personas y sus formas de hacer las cosas pero no ha cambiado necesidades, la política y el gobierno tienen hoy las mismas tareas que hace 100 años; disminuir la pobreza, la salud, la economía, el empleo… en fin generar bienestar, es un hecho que los presupuestos nunca alcanzan para todo por eso hay que medir segmentar y cogobernar mediante los datos que aporta la misma ciudadanía, de tal forma que hasta sin saberlo está participando en la óptima acción de gobierno.

La transformación digital, la datología y la tecnología aplicada a la política y el gobierno no es un fin en si mismo es la preparación para el futuro y condición de éxito político y gubernamental.

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Alfredo Salazar Olivera
Alfredo Salazar Olivera

Consultor en Comunicación Política y Corporativa

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